jueves, 19 de febrero de 2009

Cine; lo colectivo como factor bursátil

Inevitablemente debo convencerme a travez de la critica ajena que estoy en lo correcto, es decir a travez de la represion colectiva hacia mis convicciones inestables. He aqui una de ellas en forma de prosa catarquica.



Con todas las complejidades de las artes y sin ningún beneficio de las mismas.


El cine es ante todo un arte, y bastante complejo dadas sus particularidades. Funde y desarrolla de forma peculiar muchas disciplinas, técnicas y artes a la vez dentro de un margen visual y audible; en movimiento.

No obstante su principal característica es su carácter de público, de masivo, de experiencia social. Adicionalmente es el primer arte, propiamente tal, nacido en el seno de la era capitalista, y esto da como resultado una contraproducente y dudosamente típica expresión artística convencional. Este resultado mas allá de ser político tiene consecuencias que le reducen a ser mero producto, y así ha sido en gran parte.

El que este arte; sea manipulado, pensado y desarrollado como producto desde su concepción creativa (vista productivamente) a su final distribución es la principal visión que se tiene del cine. Por ser publico, desarrollado para ser accesible a la mentalidad de masa, para ser consumido, estandarizado por necesidades económicas, buscando el mayor beneficio productivo, solo por su posibilidad de ser publico. La oferta es tentadora. No obstante no pasa esto con la pintura aun cuando es pública, aunque sea mas “barata”. No pasa con la música, aun cuando sea un desarrollo individual y sea cara. Cosa que no pasa con todas las otras artes que son pura expresión de autor y desarrollo individual aun con sus costos, y aun cuando todas son y si no en potencia; públicas. Aun cuando conciban discurso y planteamientos, profundos, bellos y críticos. Todo lo que posee el arte cabe para todas las disciplinas, menos para el cine, ¿Por que? Porque se puede ganar mucho más explotándolo, reduciéndolo al mínimo común múltiplo. Al esquema demandado.

El problema de que sea un Arte que funde artes, le da tanto campo de desarrollo como complejidad para manejarlas todo en una uniformidad coherente y armónica direccionado por un autor. Pero cuando hablamos de cine, las artes dentro de este Arte necesitan entonces particulares especialistas y/o artistas supervisores que trabajen paralelamente, a la vez su final resultado potencial y necesariamente es publico, y esto da como resultado un alto costo de producción y se asume nefastamente entonces que debe ser producto, que el beneficio sea mayor que el costo.

Es decir necesita y utiliza lo mejor de todas las artes pero no puede manifestarse como un arte autónomo ni gozar de la exploración de si mismo para el discurso que requiere del autor.



No podemos eludir ni concluir que el cine cuesta caro, mas no solo por ser colectivo en ejecución sino por desearlo necesariamente productivo. Nadie nos obliga a relacionar este costo con un obligado beneficio. Existen costosos diseños esculturales, complejas y intrincadas puestas en escena artísticas colectivas y esto no obliga a que la obra tenga que ser un producto en serie, regulado para su explotación, estandarizado, moralizado, supervisado “productivamente” de pies a cabeza pasando aun por sobre todos los aspectos íntimos del arte, despojándolo de su alma llena de espontaneidad, técnica y punto de vista. El cine puede ser a costo de lentitud mas honesto con sino mismo y no ser como casi todo en esta época un producto de consumo masivo asfixiado por la sed del capital o la supervivencia conveniente de los que no quieren poner en peligro su caro y exclusivo estilo de vida.